Este copón está especialmente diseñado para facilitar la celebración de la Eucaristía en desplazamientos o en entornos con espacio reducido.
Su decoración simbólica y su tamaño funcional lo convierten en una pieza práctica y reverente para la custodia del Santísimo.
Materiales y diseño.
Fabricado en latón con baño de oro brillante, este copón presenta una copa lisa y pulida, asentada sobre un pie cónico que le aporta estabilidad.
El nudo central está decorado con motivos de uvas y troncos de vid, símbolos profundamente eucarísticos que evocan el vino consagrado y la vida en Cristo.
La tapa lisa se remata con una cruz circular calada que facilita su apertura y añade un elemento distintivo.
Medidas.
Altura:
16,5 cm.
Diámetro de la copa:
12 cm.
Uso litúrgico.
Con capacidad para 150 formas, es ideal para misas fuera del templo, celebraciones en hospitales, visitas a enfermos, peregrinaciones o capillas móviles.
También puede utilizarse como copón auxiliar en parroquias.
Un copón litúrgico sobrio y simbólico, ideal para el culto itinerante.
Diseñado para custodiar el Cuerpo de Cristo con belleza, estabilidad y profundo significado..

San Antonio de Padua es uno de los santos más venerados por su amor a Cristo, su sabiduría en la predicación y su intercesión poderosa.
En esta imagen de gran tamaño, se le representa con el Niño Jesús sobre un libro, signo de la Palabra viva y del milagro místico que vivió en oración.
Su postura firme y su expresión serena lo muestran como protector y guía espiritual.
Materiales y diseño.
Figura realizada en resina de poliéster y pintada a mano.
San Antonio viste el tradicional hábito franciscano marrón, con cordón a la cintura y rosario colgado.
En sus manos sostiene un libro abierto, sobre el que descansa el Niño Jesús en actitud de bendición, vestido de blanco y con un lirio.
La base circular está decorada en dorado con relieves finos.
Medidas.
Altura:
40 cm.
Base:
14 x 12 cm.
Acabado.
Acabado satinado, con muy buena definición en los pliegues del hábito, los detalles del rostro y la ornamentación de la base.
La pintura está cuidadosamente aplicada en tonos cálidos.
La figura tiene presencia solemne y está bien proporcionada para su uso en espacios amplios.
Uso devocional.
Especialmente indicada para capillas, parroquias, altares grandes o instituciones religiosas.
También muy adecuada como figura principal en devociones particulares a San Antonio, en hogares o centros que llevan su nombre.
Resumen.
Una figura imponente y llena de ternura, que transmite la cercanía de San Antonio y su amor por Jesús.
Un referente de fe, predicación y caridad que continúa inspirando a generaciones enteras de fieles..

Esta figura representa a Santiago Apóstol tal como aparece en el emblemático Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
Sentado como maestro y guía espiritual, el apóstol aparece con aire solemne, evocando su papel como protector de los peregrinos y pilar de la fe.
Es una imagen profundamente simbólica y vinculada a uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo cristiano.
Materiales y diseño.
Figura en resina de poliéster con acabado imitación piedra antigua.
Santiago aparece sentado, con túnica larga y expresión serena.
Porta en una mano un pergamino y en la otra un bordón apoyado.
La aureola circular presenta un trabajo detallado.
La base está decorada con motivos similares a los del pórtico original y se apoya sobre cabezas simbólicas esculpidas.
Medidas.
Altura:
11 cm.
Base:
aproximadamente 4 x 4 cm.
Acabado.
Imitación piedra con tonos envejecidos y aspecto mate.
El modelado reproduce con fidelidad el estilo románico, cuidando los detalles del rostro, manos, túnica y soporte.
El conjunto evoca solemnidad, antigüedad y espiritualidad.
Uso devocional.
Ideal para espacios personales de oración, vitrinas devocionales, escritorios o como recuerdo simbólico del Camino de Santiago.
Muy apreciada también como obsequio a peregrinos o personas vinculadas a la espiritualidad jacobea.
Resumen.
Una pieza compacta y profundamente significativa que conecta con el corazón del Camino.
Santiago en el Pórtico de la Gloria nos recuerda que el verdadero destino del peregrino no es solo un lugar, sino el encuentro con Dios..