San Juan de la Cruz, místico carmelita y Doctor de la Iglesia, es representado con gesto recogido y solemne, portando una cruz en la mano derecha y un lirio en la izquierda. Esta imagen transmite su profunda vida de contemplación, su amor por Cristo crucificado y su entrega radical al camino de la santidad en el silencio y la humildad. Materiales y diseño. Figura elaborada en resina de poliéster y pintada a mano. San Juan de la Cruz aparece con hábito carmelita oscuro, manto marrón con bordes dorados y túnica interior con decoración floral en relieve. Sostiene una cruz negra de madera y un lirio blanco, símbolo de pureza. El rostro muestra serenidad y profundidad espiritual. La base es octogonal, sobria y firme. Medidas. Altura: 20 cm. Base: aproximadamente 9 x 5 cm. Acabado. Acabado satinado, con gran nivel de detalle en los bordados del hábito. La pintura está aplicada con precisión, destacando el contraste entre la túnica, el manto y los símbolos. El rostro tiene una expresión contemplativa que refleja la espiritualidad profunda del santo. Uso devocional. Ideal para oratorios, capillas, espacios de oración personal, comunidades carmelitas o como regalo a personas en búsqueda de una vida espiritual más interiorizada. Muy apropiada para quienes valoran la teología mística, el silencio y la contemplación. Resumen. Una imagen que invita al recogimiento, al encuentro con Dios en lo más íntimo del alma. San Juan de la Cruz, maestro de la noche oscura y del amor divino, nos recuerda que la verdadera luz nace en la cruz y en el silencio fecundo del corazón..