San Lázaro, protector de los enfermos y los más necesitados, es representado en esta figura con gran realismo y profundidad espiritual.
Aparece con llagas en el cuerpo, apoyado en dos muletas, y acompañado por los perros que, según la tradición, lamían sus heridas como signo de consuelo y fidelidad.
Una figura cargada de humanidad, sufrimiento redentor y esperanza para quienes atraviesan pruebas físicas o espirituales.
Materiales y diseño.
Figura elaborada en resina de poliéster, pintada a mano.
San Lázaro se muestra con un paño alrededor de la cintura, cuerpo cubierto de heridas y expresión serena.
Porta dos muletas de color oscuro, y a sus pies lo acompañan dos perros.
El nimbo dorado simboliza su santidad, y la base es rectangular, con rica ornamentación en dorado.
Medidas.
Altura:
22 cm.
Base:
aproximadamente 9 x 6 cm.
Acabado.
Acabado satinado con colores cuidadosamente aplicados.
Las heridas están pintadas con precisión, el rostro expresa dignidad y paciencia, y la textura del paño y los detalles del calzado, muletas y animales están bien definidos.
La base dorada aporta un contraste visual que eleva la pieza.
Uso devocional.
Ideal para devotos de San Lázaro, hogares con enfermos, capillas, hospitales, o espacios dedicados a la oración por los más pobres y sufrientes.
Muy adecuada para personas que atraviesan dificultades físicas o económicas y buscan fortaleza e intercesión.
Resumen.
Una imagen que conmueve por su fuerza espiritual y realismo.
San Lázaro aparece aquí como testigo de fe en el dolor y consuelo para quienes enfrentan el sufrimiento con esperanza.
Perfecta para quienes desean confiar su sanación o su causa al amparo del santo..