San Sebastián, mártir del siglo III y símbolo de fortaleza cristiana ante la persecución, es representado en esta figura en su momento de martirio:
atado al árbol y atravesado por flechas.
Su imagen es invocada especialmente como protector contra epidemias y enfermedades, y como ejemplo de fe firme y esperanza en medio del dolor.
Materiales y diseño.
Figura elaborada en resina de poliéster, pintada a mano.
San Sebastián aparece semidesnudo, con paño rojo ceñido a la cintura, atado a un tronco y con flechas clavadas en el torso, el brazo y la pierna.
El rostro, juvenil y sereno, refleja abandono confiado en Dios.
La base es circular, con decoración en tonos dorados.
Medidas.
Altura:
13 cm.
Base:
aproximadamente 5 x 4 cm.
Acabado.
Colores suaves y naturales, con contraste entre la piel clara, el rojo del paño y los tonos tierra del fondo.
Buen detalle en las sogas, el tronco y la musculatura.
La pintura satinada permite un acabado luminoso sin excesos.
Uso devocional.
Ideal para oratorios personales, altares pequeños o lugares dedicados a la oración por la salud.
Muy adecuada para quienes tienen devoción a los mártires o buscan intercesión ante el sufrimiento físico o espiritual.
Resumen.
Una figura compacta y simbólica que recuerda la valentía silenciosa de quienes ofrecen su vida por fidelidad al Evangelio.
San Sebastián nos anima a resistir con esperanza, incluso en medio de las pruebas más duras..