San Vicente de Paúl, sacerdote francés del siglo XVII y gran apóstol de la caridad, es recordado por su inmensa entrega a los pobres, enfermos y marginados.
Esta figura lo representa con su atuendo clerical tradicional, alzando un crucifijo, símbolo de su amor incondicional por Cristo y por los más necesitados.
Es patrono de todas las obras de caridad y fundador de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad.
Materiales y diseño.
Figura en resina de poliéster, pintada a mano.
San Vicente aparece de pie, con sotana negra, sobrepelliz blanco y estola roja, portando un crucifijo en alto con la mano derecha y con la izquierda sobre el pecho.
Su rostro maduro y sereno refleja firmeza, bondad y convicción.
La figura es delgada y alargada, con buena proporción entre sus elementos.
Medidas.
Altura:
10 cm.
Base:
aproximadamente 4 x 2 cm.
Acabado.
Pintura satinada, con colores sobrios que reflejan sencillez y dignidad.
El crucifijo tiene un acabado oscuro que contrasta bien con la vestimenta blanca.
La expresión facial está cuidada pese al pequeño tamaño de la figura.
Uso devocional.
Ideal para escritorios, despachos pastorales, vitrinas de oración o altares dedicados a la caridad y el servicio.
Muy apropiada para religiosas, voluntarios y personas vinculadas a obras sociales o misiones.
Resumen.
Una figura pequeña pero profundamente significativa, que recuerda la llamada al servicio desinteresado.
San Vicente de Paúl sigue siendo hoy un faro de compasión activa en favor de los más vulnerables..