Descripción |
San Florián, mártir del siglo III y patrono de los bomberos, es símbolo de valor, protección y entrega al servicio de los demás. Esta imagen lo representa con armadura de soldado romano y elementos propios de su iconografía: el cubo con agua, el estandarte y la edificación en llamas que apaga milagrosamente. Su figura inspira coraje, fe activa y amparo en situaciones de peligro. Materiales y diseño. Talla artesanal elaborada por escultores italianos de Val Gardena en madera de arce o tilo. San Florián aparece sentado parcialmente, con armadura de metal pulido, manto dorado y casco con plumas rojas. Porta un cubo con agua y una lanza rematada en estandarte blanco. A sus pies, un edificio en llamas alude a su milagrosa protección. Todo el conjunto reposa sobre una peana barroca ornamentada en dorado y marrón. Medidas. Altura: a elegir con el selector. Base: peana barroca incorporada, con volutas y moldura tallada, de gran estabilidad visual. Acabado. Policromía brillante y detallada, con gran riqueza en los contrastes: dorado, rojo, plateado, crema y tonos tierra. La armadura tiene efecto metálico realista, mientras los pliegues del manto muestran sombras profundas. La expresión facial es firme y serena, con gran naturalismo en la postura. La escena está trabajada con dinamismo y riqueza ornamental. Uso devocional. Especialmente indicada para parques de bomberos, iglesias bajo su advocación, capillas institucionales o como figura devocional para quienes ejercen profesiones de riesgo. También recomendada como obsequio de gratitud o intercesión por protección ante incendios o accidentes. Resumen. Una imagen poderosa y detallada que rinde homenaje al coraje y la fe activa. San Florián, defensor de los necesitados y protector en el peligro, se presenta aquí con todo el esplendor del arte sacro barroco. Una pieza que conjuga devoción, historia y nobleza..
|