San Antonio Abad, padre del monacato cristiano y patrono de los animales, es representado aquí como anacoreta, con hábito de ermitaño, báculo en forma de cruz y un cerdito a sus pies, símbolo de su protección sobre los animales.
El conjunto, dispuesto dentro de un altar barroco, transmite recogimiento, sabiduría y protección espiritual.
Materiales y diseño.
Talla realizada a mano en madera de arce o tilo por escultores de Val Gardena.
San Antonio aparece con túnica oscura de corte sencillo, capucha recogida y barba larga.
Porta un libro en una mano y en la otra su báculo en forma de cruz tau.
A sus pies, un cerdo pequeño y dócil.
El altar barroco incluye columnas jaspeadas, fondo de piedra, hornacina dorada, peana central y dos ángeles arrodillados que flanquean la escena.
Medidas.
Altura:
a elegir con el selector.
Base:
altar completo con forma curvada, molduras en verde, dorado, rojo y blanco, y escudo decorativo central.
Acabado.
Policromía sobria y cálida, aplicada a mano en tonos marrón, dorado envejecido, marfil y terracota.
El cerdo está esculpido con gran ternura y naturalidad.
La expresión de San Antonio es contemplativa, reflejo de vida de oración.
El conjunto equilibra sobriedad monástica con riqueza ornamental barroca.
Uso devocional.
Ideal para ermitas rurales, parroquias bajo su advocación, capillas de bendición de animales o altares dedicados a la vida monástica.
También recomendada para lugares donde se promueve la oración, el retiro espiritual o la custodia de la creación.
Resumen.
Una imagen devocional y profundamente espiritual.
San Antonio Abad, modelo de oración, ayuno y abandono en Dios, se presenta aquí como protector fiel de las almas y de la creación.
Esta talla con altar es una invitación a la vida sencilla, a la intercesión y al silencio interior..