Crucifijo de Belén.

San Isidro Labrador, patrono de los campesinos, agricultores y de Madrid, es un santo profundamente vinculado a la vida del campo, al trabajo humilde y a la confianza en la providencia de Dios.
Esta figura lo representa con atuendo campesino tradicional, acompañado del arado, signo de su oficio, y una expresión serena de fe y sencillez.
Su vida fue ejemplo de oración constante y laboriosidad ofrecida a Dios.
Materiales y diseño.
Figura realizada en resina de poliéster, pintada a mano.
San Isidro aparece de pie, con túnica verde oliva, pantalón oscuro, botas altas, capa marrón y una alforja blanca cruzada al pecho.
En la mano derecha sostiene una herramienta de labranza (arado metálico), y la izquierda reposa sobre su pecho en actitud devocional.
La base es circular y dorada, con relieve ornamental.
Medidas.
Altura:
12,5 cm.
Base:
circular, aprox.
5,5 cm de diámetro.
Acabado.
Pintura satinada con tonalidades naturales.
El rostro transmite humildad y paz.
Los detalles del arado, el cinturón y la alforja están bien definidos.
La paleta cromática evoca tierra, trabajo y fe campesina.
Uso devocional.
Ideal para hogares rurales, oratorios personales, parroquias dedicadas a San Isidro o como regalo devocional a personas que trabajan la tierra o viven en el campo.
Muy apropiada para colocar en casas de labranza o celebrar su festividad el 15 de mayo.
Resumen.
Una figura sencilla y profundamente espiritual, que honra la dignidad del trabajo humilde y la fe silenciosa del campesino.
San Isidro intercede por quienes cultivan la tierra y confían en la providencia divina..