San Miguel Arcángel, príncipe de la milicia celestial, es el gran defensor del Pueblo de Dios y símbolo de la victoria sobre el mal. Esta imponente imagen lo representa en actitud de combate, derrotando al demonio con su espada levantada y sosteniendo la balanza de la justicia divina. Es una figura de gran fuerza espiritual, elegida para espacios de oración, protección y solemnidad. Materiales y diseño. Figura realizada en resina de poliéster, con policromía aplicada a mano. San Miguel aparece con armadura plateada, túnica rojiza y manto en tonos intensos, con alas extendidas de acabado dorado envejecido. Pisa al demonio bajo sus pies mientras sostiene la espada en alto y la balanza en la mano izquierda. El conjunto se apoya sobre una base rectangular decorada con cenefa en relieve. Medidas. Altura: 100 cm. Base: rectangular, proporción ajustada al tamaño de la figura para estabilidad y realce visual. Acabado. Pintura satinada con gran riqueza de matices, especialmente en el rostro, las alas y los detalles de la armadura. El volumen del cuerpo y la tensión del gesto aportan un realismo sobresaliente. Los contrastes entre los tonos metálicos, la piel y el manto están cuidadosamente equilibrados. Uso devocional. Ideal para iglesias, capillas, entradas de centros religiosos o lugares donde se desea una protección visible y solemne. También apropiada para comunidades, casas de oración o instituciones que buscan simbolizar autoridad espiritual y defensa divina. Resumen. Una figura monumental que transmite fuerza, autoridad y paz interior. San Miguel Arcángel es escudo y espada del cielo, defensor infalible ante cualquier mal y protector fiel del Pueblo de Dios..