Atril de sobremesa en madera dorada 29 x 38 cm

29 cm de alto x 38 cm de ancho.

El atril litúrgico es un elemento esencial del mobiliario sacro, destinado a sostener los libros de la Palabra de Dios o los textos litúrgicos durante la celebración. Su presencia en el altar, el ambón o la sacristía refleja el respeto y la dignidad que la Iglesia otorga al Libro Sagrado, fuente viva de la fe.

Desde los primeros siglos del cristianismo, el atril ha sido signo de veneración hacia la Escritura, facilitando su lectura en un lugar estable y digno. Hoy en día, continúa siendo una pieza indispensable tanto en templos como en capillas, oratorios y sacristías.

En El Ángel Arte Sacro ofrecemos atriles litúrgicos fabricados por artesanos especializados, elaborados en latón, bronce, madera noble o combinaciones de metal y mármol, con acabados que van desde el dorado o niquelado brillante hasta el envejecido o patinado, según el estilo del templo. Cada modelo está diseñado para ofrecer estabilidad, funcionalidad y belleza, manteniendo las proporciones adecuadas para libros de altar, misales o evangelios.

Los atriles de altar suelen presentar una base firme y una inclinación ajustada, con la superficie grabada o decorada con motivos litúrgicos —cruces, espigas, racimos o el monograma IHS—. También disponemos de modelos plegables o desmontables, ideales para uso en capillas pequeñas o para transporte durante celebraciones itinerantes.

Por su parte, los atriles de lectura o ambón se emplean en la proclamación de la Palabra, mientras que los atriles de sacristía y de coro sirven para el rezo comunitario o el canto litúrgico. Cada uno de ellos está concebido para favorecer la postura adecuada del lector y resaltar la centralidad de la Palabra de Dios en la liturgia.

Los atriles artísticos de El Ángel Arte Sacro destacan por su equilibrio entre funcionalidad y ornamentación. Los modelos metálicos pueden incluir relieves, grabados o esmaltes, mientras que los de madera tallada muestran líneas clásicas o contemporáneas, con acabados encerados o barnizados. Algunos incorporan sistemas de regulación en altura o inclinación, adaptándose a las necesidades del celebrante.

Más allá de su función práctica, el atril tiene un profundo valor simbólico: sostiene la Palabra viva, el Evangelio que guía al pueblo de Dios. Por ello, debe reflejar en su forma y acabado la dignidad que corresponde al mensaje que porta.

En El Ángel Arte Sacro seleccionamos atriles litúrgicos que unen arte, precisión y sentido espiritual. Cada pieza está pensada para enriquecer la celebración y armonizar con el conjunto del altar, garantizando durabilidad, elegancia y respeto por la tradición eclesiástica.

Artesanos Italianos del Arte Religioso en General.

Elegancia, técnica y tradición en el arte sacro europeo.

La denominación “Artesanos Italianos del Arte Religioso” comprende a los numerosos talleres y maestros artesanos de Italia dedicados a la escultura, orfebrería, pasamanería, pintura devocional y confección de ornamentos litúrgicos, herederos directos del esplendor artístico del Renacimiento y el Barroco.

Italia ha sido, desde hace siglos, cuna del arte cristiano. En sus regiones —Toscana, Lombardía, Veneto, Trentino o Sicilia— se conservan escuelas de imaginería y orfebrería que combinan el dominio técnico con una profunda sensibilidad espiritual. Los artesanos italianos destacan por su finura en el modelado, equilibrio de proporciones y armonía estética, cualidades que han hecho de sus obras un referente internacional.

Su producción abarca un amplísimo espectro: esculturas religiosas en madera, resina o terracota; belenes y figuras de Natividad; objetos litúrgicos; bordados eclesiásticos; lámparas de aceite; cuadros devocionales y elementos decorativos. Cada pieza es fruto de un cuidadoso proceso manual que une buen gusto, precisión y sentido de lo sagrado.

Los talleres italianos emplean materiales nobles —madera, bronce, plata, pan de oro, tejidos brocados o sedas litúrgicas— y aplican acabados de gran calidad, garantizando durabilidad y belleza. Sus obras se distinguen por una estética equilibrada entre lo clásico y lo contemporáneo, manteniendo siempre la fidelidad a la tradición iconográfica de la Iglesia.

En El Ángel, los Artesanos Italianos del Arte Religioso representan la excelencia artística del arte sacro europeo, valorada por su pureza formal, elegancia y minuciosidad, ideales para templos, altares, coleccionistas o devoción personal. Cada creación es un testimonio del vínculo entre el arte, la fe y la belleza que caracteriza al espíritu italiano.